sábado, 11 de septiembre de 2010

Principio del principio


11 de septiembre de 2010


Ayer fuimos a comprar un ejemplar de La vuelta al mundo en 80 días. En casa ya teníamos uno, procedente de una colección que distribuyó El País, pero nos pareció que ese primer acto de ir a comprarlo era necesario. Fuimos a la librería La Central del Raval, porque queda en la plaza de columpios donde acudimos después del colegio, y porque casi todos los libros los compramos allí. Nosotros la llamamos la plaza de Calvo, porque es donde nos solemos encontrar con Javier Calvo y su mujer Mara y sus hijos Judit y Didac.
Esta mañana, con el desayuno, Lucas y yo, Cristina, hemos empezado a leer el primer capítulo. Ya sólo el título -En el que Phileas Fogg y Passepertout se aceptan recíprocamente el uno como amo y el otro como criado, en la edición de EDEBÉ traducida por Manuel Quinto- ha despertado en Lucas serios recelos.
--¿Cómo que amo y criado? ¿Por qué Passepartout es criado?
--Bueno, así funcionaban las cosas en 1870, cariño.
--Muy listo me parece a mí ese Phileas. Pobre Passepartout.
--Lucas, ése era su trabajo, y bien mirado no me parece tan mal trabajo. En una casa, a cubierto, bien alimentado... En peores condiciones trabajaban muchos otros.
--No, mamá. No eran criados.
--¿Qué preferirías tú, ser minero semanas y semanas en el fondo de una mina infecta por cuatro perras o el criado de Fogg?
--Pues minero, claro.


Después han venido las dudas sobre el origen de la fortuna de Fogg. Lucas no se fía un pelo.

1 comentario:

  1. Es bueno que el crío razone de esa forma. Por lo menos se ve que tiene inquietudes. Saludos.

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