lunes, 13 de septiembre de 2010
Deserciones
Cuesta arrastrar a un niño actual hacia ciertos textos de entonces.
Hace algo más de una semana, antes de arrancar esta vuelta nuestra, tuvimos que abandonar la lectura de Tom Sawyer. No por exigencias de Lucas, sino por hartazgo de la lectora, yo. Revisité una edición original, por si se trataba de la traducción, pero no. Son el lenguaje, el ritmo y la sintaxis. Han cambiado tanto.
Ahora se nos hace necesario de nuevo el esfuerzo primero para enfrentar una historia dilatada, la de Verne: los prolegómenos, los datos que faciliten, algunas certezas, otras trampas...
Es la ley de la sintaxis cinematográfica.
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