Vamos encontrándonos poco a poco con Fogg y su India. Esa India donde lo único bueno es lo que huele a inglés molesta a Lucas un poco y a mí me desconcierta.
En fin, hemos salvado a una princesa y le hemos regalado un elefante a un pobre. Poco a poco Verne nos cuenta que un paisaje tan bello no merece unos pobladores tan bárbaros y crueles y drogadictos -merece capítulo aparte lo del opio y el cáñamo- y que los ingleses no pueden con ellos, pero menos mal que sí con algunos.
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